Procederé a
referirme a un ancestro materno que no solo yo jamás conocí, sino tampoco mi madre,
sin embargo charlando con una de mis tías me comunicó importantes
datos sobre su origen y proveniencia. Era un hombre de mediana estatura, ario
e italiano, se apellidaba Oronado, y tenía ojos bien celestes y era bien rubio,
en contraste no solo con mi bisabuela, su señora esposa, a su vez bien morena y
alta, sino también conmigo y con casi toda su descendencia. Él tuvo dos hijas y
un hijo varón, entre las primeras figura mi abuela; ambas eran mujeres arias,
blancas y matronas, que además eran bastante más altas que su padre; y el tío
abuelo Oscar, que murió joven a causa de una penosa enfermedad y a quien tanto
mi tía como mi madre prodigaron cuidados. En cuanto a mi abuela, a quien
frecuentaba de niño pero que murió cuando yo tenía diez años debido a su adicción
al cigarrillo, el abogado con el que he trabajado hasta hace un tiempo me comentó que ella era muy pero muy radical,
y que fue íntima amiga de un tal Domingo Vercellone, un personaje del
radicalismo de Río Primero que fue juez de paz aquí, en consonancia con la
trayectoria tan radical de nuestro pueblo. Mi bisabuelo materno huía
seguramente de la Primera Guerra Mundial, estando entre los primeros
inmigrantes de nuestro país. De mi tía abuela Irma, mayor un año que su
hermana, mi abuela Irna, con la cual tenían un gran parecido, y que
probablemente aún viva, no tengo más noticia de que viviría en un pueblo
llamado Sastre de la provincia de Santa Fe. Sé ahora también que mi tía abuela
Irma tuvo también hijos, entre ellos una mujer que siempre vivió con ella
llamada Rosa, y un hombre que fue chofer de colectivos en Córdoba, quien a su
vez tuvo tres hijas, de las que me entero que estudiaban en la UNC como yo, y
un hijo, este último nació rubio y de ojos celestes, y sus rasgos no tienen más
antecedentes que el de mi bisabuelo, el Gringo.
domingo, 19 de agosto de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)