sábado, 14 de julio de 2012

EL OBISPADO FAMILIAR Y MI PARENTESCO CON EL ARZOBISPO CARLOS ÑÁÑEZ

Fui hace unos días a casa de mi abuela, una señora bastante coqueta de 78 años que siempre me pareció que me quería menos por verme medio lelo; pero no tengo nada que envidiarle a García Márquez, ya que como la mujer que inspiró a la matrona de Cien años de soledad, mi abuela es lenguaraz como pocas y me ha inspirado estas letras tras una plática donde me reveló muchas cosas.
Mi abuela tuvo cuatro hijos aparte de mi papá, y vive recluida desde que su única hija mujer murió hace varios años mientras dormía sin que nunca supiéramos qué le había pasado. Le pregunté a mi abuela cuándo entró Omar, uno de mis tíos, a trabajar en la Casa de Gobierno de Córdoba y me dijo que entró con los radicales en 1983 siendo el gobernador entonces el Dr. Angeloz, hablamos también del senador nacional Luis Juez, jefe del partido opositor al gobierno provincial actual, partido creado en torno al mismo senador Juez y que mi tío sigue ahora apartándose de la tradición netamente radical de la familia de su madre. Le hablé también de la familia del que conocemos como mi tío Titi, quien muy joven se fue a vivir a Buenos Aires, platicamos sobre su trabajo en una empresa de la construcción, de cómo estaba la tía Rosita, la prima Fabi que estudia actuación con Soledad Villamil, de la visita que les hice hacía exactamente un año, etc. Y finalmente hablamos de mi papá. Inquirí sobre por qué él se apellida Brandán siendo que el apellido del abuelo paterno de papá era Almada, y la abuela me contó que mi abuelo, el padre de papá, era en realidad hijo natural, es decir hijo biológico solo de la madre, de quien extrajo el apellido. Le pregunté a mi abuela también sobre mi ascendencia paterna, y me dice que no hay Brandán por parte de papá en Río Primero. Que ella, mi abuela, es de apellido López, y que mi bisabuelo era don Ramón López, y mi bisabuela doña Baldomera Melo. Me contó que la familia de su mamá tiene hondas raíces en el pueblo. La conversación realmente no tuvo ningún desperdicio y en ella me entero que tuvimos dos miembros de la familia en lo alto del clero cordobés:
–Acá en Río Primero sus parientes por parte de madre son Melo, ¿hace cuánto que están? –es mi pregunta inicial.
–Son muy viejos y están entre las familias fundadoras del pueblo. Mi papá, Ramón López, era de Cañada de Machado no de acá.
–Sé que ambos vivieron mucho tiempo.
–Sí, 93 años mi papá y 83 años mi mamá.
–Yo los llegué a conocer incluso, eran mis bisabuelos.
–Claro.
–Vio las cosas que cuenta el papi, ¿conoce al arzobispo de Córdoba, Carlos Ñañez?
–Sí, él es hijo de una prima hermana de papá, la madre del arzobispo era prima hermana de papá, sus abuelos eran de Río Primero.
–¿Y cómo se llamaban los abuelos del arzobispo?
–Eran de apellido López. La madre del arzobispo se llamaba Manuela. A él no lo conozco la verdad.
–Yo sí, cuando hizo la confirmación mi hermana ahí estaba el arzobispo.
–Sabés algo, yo también hice la confirmación con alguien del obispado de Córdoba, Mons. Manuel Norberto López, hermano de mi abuelo.
–¡Cuántas personas en el obispado parientes nuestros! –exclamo.
–Nosotros le decíamos papá tío, era hermano de mi abuelo, del padre de papá. Yo era chica y me confirmó él, hace muchos años que ha muerto; vivíamos en Cañada de Machado, cuando murió nos heredó muebles a los sobrinos y papá trajo camionada de cosas, no así las casas que tenía que las dejó para el obispado.
–Mire qué bien. Quién iba a decir que íbamos a tener tantos parientes en lo alto del clero.
Respecto de Mons. Ñáñez, le digo que me parece extraño que sea rubio y de ojos celestes cuando nosotros somos todos morochos, y mi abuela me explica que esos rasgos los debe haber sacado de la familia de los Ñáñez.
–Un hermano de la madre del arzobispo venía todos los veranos y nosotros le decíamos tío Manuelito –me comentó también.


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